
Estamos de nuevo en L’Iber, en el Carrer dels Cavallers. Esta vez es para la presentación de “Caminarás con el sol”, de Alfonso Mateo Sagasta. Alfonso (Madrid, 1960), Licenciado en Geografía e Historia por la Universidad Complutense de Madrid, ha sido librero, arqueólogo, escritor y habitual ganador de premios literarios. Es el autor de varias novelas, todas ellas de reconocida calidad, como “Ladrones de tinta”, “El olor de las especias”, “El gabinete de las maravillas”, “Las caras del tigre” y la que hoy nos ocupa.
“Caminarás con el sol” cuenta la historia de Gonzalo Guerrero, veterano de la Guerra de Granada y de Ceriñola y uno de los españoles que participó en la conquista de la Tierra Firme. Capturado por los indios tras un naufragio, se salva de ser sacrificado y devorado como algunos de sus compañeros para ser convertido en esclavo. Con el tiempo se integrará tan plenamente en el universo de sus captores que se convertirá en un líder y en la pesadilla de los conquistadores, a los que mantendrá en jaque durante 20 años.
En la mesa se respira un ambiente distinto tras las miniaturas de soldados españoles y guerreros indios. Las miradas cómplices, las amplias sonrisas y los músculos relajados demuestran que esta vez se trata no sólo de respetados contertulios, sino de auténticos amigos. Alejandro Noguera, anfitrión y director de L’Iber, nos introduce al mundo maya en su ocaso, a la conquista española y a la figura del protagonista, terrible traidor para los españoles, héroe nacional para los mexicanos.
Junto a Alejandro, oficia de presentador Juan Miguel Aguilera (Valencia, 1960), diseñador industrial y escritor al que este humilde escribano recuerda por su genial “Mundos en el abismo” (de 1988, nada menos), pero al que encontraréis más fácilmente en las librerías si preguntáis por “La red de Indra”. Reivindica la novela “de frontera” y lamenta que los españoles no hayamos sido capaces de sacar provecho a la épica de la conquista de todo un continente, a diferencia de los norteamericanos y su “conquista del Oeste” (en sus dos versiones, indio-malo/blanco-bueno e indio-bueno/blanco-malo).
Los tres rememoran industrias y andanzas, construyen una completa semblanza de la época y de la región, nos recuerdan que una y otra eran de una gran violencia, desautorizan creencias comunes como la del “buen salvaje”, destacan la importancia de quienes cambiaron de uno a otro bando (de grado o por la fuerza) y disfrutan tanto como nosotros, encandilado público.
Es el momento de comprar el libro quienes aún no lo han hecho. Bajamos hasta la librería y entre vino rosado y empanadillas (chincha rabiña, Ariodante, que me comí las mías y las tuyas) agobiamos al pobre autor, que no puede ni sentarse. Después, a cenar a un restaurante vecino, que no sólo de empanadillas vive el autor.
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