lunes, 13 de julio de 2015

Carta abierta a gestores, asesores y otros chorizos.

Última oferta de trabajo de una entidad pública de la Comunidad Valenciana: una "beca" para trabajar en una institución sanitaria, dirigida a licenciados o graduados en psicología.
            Condiciones de la beca:
- Duración: 2 meses 
- Jornada Completa.
- Retribución bruta total: 2.500€.
            O sea, un trabajo a tiempo completo por 1250 euros brutos mensuales. Con las retenciones correspondientes convertirán a un licenciado en un mileurista más, que encima tendrá que estar agradecido por la lotería de tener un empleo en los tiempos que corren. Se contrata a un licenciado durante dos meses para trabajar sin derecho a las condiciones de su categoría laboral. No hay que pagarle el salario previsto por convenio para la categoría A, no genera antigüedad (ni bolsa, ni trienios), tiene fecha de caducidad sin llamarlo despido... Y si eso es lo que se le paga a un licenciado, que el lector calcule, en proporción, lo que puede hacerse con otros.
            Esta es solo una oferta de empleo público. Una más. A quienes se han creído la malintencionada campaña de que los empleados públicos son unos privilegiados, les adelanto que no es una excepción. Los derechos laborales son sistemáticamente machacados por sujetos sin vergüenza ni ganas de encontrarla, con el supremo aval de sus contactos. Y muchos de ellos siguen en sus puestos, al parecer sin haberse enterado de las últimas elecciones, o apurando el tiempo que les quede en morir matando, en seguir con  su perversa gestión para arrancar el último plus de productividad y eficiencia, la última estadística que demuestre que han ahorrado unos céntimos a costa de la explotación inmisericorde de sus empleados o de la degradación de los servicios imprescindibles para el bienestar de sus compatriotas. Y con esos céntimos arrancados con tiras de piel y sangre, se marcharán de celebración con sus compinches y así podrán gastárselos en licores o en placeres venéreos.

            Ojalá acabéis todos en la calle. En la PV74 calle. No voy a desear que sobreviváis con mil euros, porque sé que eso no sucederá. A estas alturas vosotros, expertos en triquiñuelas, habréis consolidado vuestro sueldo de director, subdirector, gestor, asesor o chanchullista, y seguiréis esquilmando nuestros bolsillos hasta el fin de vuestros días. O tendréis puesto el pie para que no se cierre la puerta giratoria. O cambiaréis de lealtad como de chaqueta y gritaréis loas a los nuevos cargos electos, haciendo pública manifestación de fidelidad a la nueva causa, mientras elegís al cabeza de turco que pague por vuestros desmanes. Si deseo que os vayáis a la PV74 calle no es por veros en una miseria que no conocéis ni conoceréis, so chorizos, sino solo porque nos veamos libres de vuestros designios. Aun a riesgo de que os sustituya otro igual o peor, porque a estas alturas hace tiempo que dejé de creer que sea preferible el malo conocido, y aún tengo la inocencia suficiente para confiar en el bueno por conocer.