domingo, 27 de diciembre de 2015

Insensatos e insensatas (2ª parte)

No sé si recordáis mi discurso a favor de los pactos, tras las elecciones autonómicas. Podéis refrescar la memoria AQUÍ.
     Los pactos forman parte de cualquier democracia madura. La necesidad de pactar obliga a la moderación y evita "rodillos", gobiernos con carta blanca para hacer su santa voluntad aun en contra de los deseos de sus votantes. Recordad el caso de la segunda Guerra del Golfo, con más del 90% de los españoles en contra y una participación de España por parte de un gobierno con mayoría absoluta (con el 40% de los votos emitidos en unas elecciones con una participación del 60%, que esa es otra). Al respecto del significado de los pactos, tenéis un buen artículo AQUÍ.
     ¿A qué viene tanto rodeo? Bueno, pues a colación de que la imbecilidad se repite. Ahí tenemos a las dos fuerzas mayoritarias de la izquierda negándose a un mínimo entendimiento. El gobierno favorito de los españoles, según todas las encuestas, es una coalición PSOE/Podemos, pero los respectivos partidos, empatados en una original bipartición de la izquierda, se niegan a entenderlo. Líneas rojas, ultimátums, Susana Díaz cacareando que bajo ningún concepto se puede pactar con Podemos, Podemos exigiendo el referéndum...
     Rajoy (detestable y maligno, pero no tonto) ha elaborado una estrategia clara: exigir la cooperación del PSOE. Él sabe que eso es imposible, y precisamente por eso lo hace. No, no es un error ni me he liado. Quiere decirle al país: "Yo quería un gobierno estable, pero con estos cabezotas no hay manera. Si hay que repetir las elecciones, será solo culpa suya". Así es que Podemos se apunta: si se repiten las elecciones, que los votos socialistas acaben en sus filas, y no en la abstención o en el PP. Y el PSOE no va a ser menos: "Nosotros sí queríamos pactar, pero nos han puesto unas condiciones que..."
     Resumen: nadie quiere pactar, y todos quieren hacer ver que la culpa es de los demás. Que lo más importante del mundo es el punto 8b, sobre el que no hay acuerdo posible.
     Señores Iglesias y Sánchez: paren ya. Los votantes de izquierda queremos un cambio de gobierno, y nos molesta que ustedes nos lo impidan. No entenderíamos cuatro años más de Rajoy por culpa de su cabezonería. No solo queremos un pacto: LO EXIGIMOS. Hagan lo que sea, pero sáquennos de aquí. Luego ya discutirán entre ustedes si sobre el punto 8b hay o no acuerdo posible.

lunes, 14 de diciembre de 2015

Rajoy ganará las elecciones.

Sí, habéis leído bien. Afirmo que Rajoy ganará las elecciones y, como de costumbre, me gustaría equivocarme. Ganará con mayor margen del que le dan las encuestas y lo hará por varios motivos, que trataré de desarrollar lo mejor que sepa.

Factor 1: La oposición. Reflexiones sobre el 7D.
Son muchos los artículos, las tertulias, los análisis, sobre quién ganó el famoso debate a cuatro bandas del siete de diciembre. En mi opinión, lo ganó Rajoy. Veamos...
            El PP va primero en las encuestas. La estrategia más elemental nos enseña que los aspirantes deberían haberse centrado en cargar contra quien tiene la posición predominante. Y algo cargaron, sí, pero no lo suficiente. En vez de descabalgar al (ausente) cabeza de pelotón, los tres varones dedicaron más tiempo a atacarse entre sí, intentando arañar un voto o remover un indeciso. Eso solo tiene una lectura posible: han renunciado a la victoria, y pelean por el segundo puesto. Los tres (PSOE, C's y Podemos) han olvidado que el verdadero enemigo es la abstención, que el PP gana cuando los votantes se quedan en casa y que pierde cuando las urnas se llenan. Encabezonados en robarse recíprocamente algún votante, descuidan la oposición al Gobierno y la movilización del electorado. Y esto lleva al segundo punto.

Factor 2: La abstención y Papá Noël.
El desencanto, en España, tiene la puñetera manía de traducirse en abstención. El Gobierno lo sabe. ¿A nadie le sorprende que las elecciones sean justo el último domingo antes de Navidad? La fecha no ha sido elegida al azar. Rajoy puede ser detestable, pero no tonto. La urgencia por adquirir la corbata, el juguete o el perfume obrará el milagro del olvido. Gracias a las luces, los villancicos, la paga extra y el consumismo navideño, el día 20 tendremos un espectáculo de contrastes: urnas vacías y comercios llenos.

Factor 3: La mentira programática.
Desgraciadamente, los políticos mienten. Tanto, que decirlo es una perogrullada. Pero hasta ahora, nadie lo había hecho con tanta desfachatez y tanto éxito de público. Una mentira repetida se convierte en una verdad, y de eso se encargan Pablo Casado y Soraya Sáez de Santamaría, repitiendo una y otra vez sus mantras.
            Un ejemplo, el más oído: la creación de empleo. Que si han creado un millón de nuevos empleos (¡nada menos!), que si crean 1500 empleos al día... Cuando en realidad (véase la tabla con datos oficiales) hay 100 000 trabajadores menos. Las cifras del desempleo han bajado (y no precisamente, ni mucho menos, en un millón) porque los parados se han largado del país, se han jubilado o se han muerto, no porque hayan encontrado trabajo. Pero el felón de Casado dice la frasecita de que "España es el único país en el que se discuten los datos" y a continuación da datos falsos, amparado en la abrumadora presencia que el Gobierno puede hacer desde las instituciones.

            Nos mienten al decir que la reforma laboral ha creado empleo, cuando su instauración se tradujo en un aluvión de despidos.
            Nos mienten diciendo que han salvado a España del rescate, cuando este sí tuvo lugar y nos ha costado una fortuna a todos. Achicar el agua de Bankia, Novacaixa o la CAM se ha pagado en la peor moneda posible: sanidad, educación y seguridad ciudadana.
            Nos mienten cuando presumen de que ha bajado la lista de espera en Dependencia, y olvidan decir que es porque más de 100 000 personas han muerto antes de cobrar las prestaciones.
            Nos mienten diciendo que los aciertos de Rajoy han invertido la tendencia a la recesión, cuando (y esto entronca con el siguiente punto) los peores años de la crisis han sido en esta legislatura. Ha sido Draghi, no Rajoy, quien ha evitado el batacazo.
            Nos mienten cuando achacan el incumplimento de déficit a "las facturas en los cajones" de la anterior legislatura, sin decir que dicho déficit oculto estaba en administraciones autonómicas de su propio partido. La "herencia recibida" ha resultado un latiguillo casi tan eficaz como una "pertinaz sequía" o un "contubernio judeomasónico".
            Y son tantas las mentiras que no me quedan pulsaciones en los dedos para todas.

Factor 4: La desmemoria.
Los políticos saben que el votante solo recuerda el último año, y gobiernan de modo acorde a ello. Las medidas duras vienen al principio: reformas draconianas, subidas de impuestos, recortes. En el último año, en cambio, se invierte la tendencia y se devuelven pagas extras robadas, se prometen bajadas de impuestos, se anuncian reformas benévolas... La gente recuerda que antes estábamos peor, y el Gobierno lo potencia comparando los datos de 2015 con los de 2012 (que también gobernaban ellos, ojito) y no con los de la anterior legislatura. Pero los indicadores económicos (deuda pública, afiliados a SS, renta per cápita, etc) no están mejor en 2015 que en 2011. Ellos lo saben, y por eso eligen una fecha intermedia (la peor) para hacer sus comparaciones.
            El votante promedio (o el abstinente) no parece recordar que el clímax de la prima de riesgo, el paro y otros desastres sucedió en esta legislatura y no en la anterior. Olvida que se han subido los impuestos, se han congelado sueldos, se han reducido plantillas en servicios básicos y ha aumentado la pobreza. Y los partidos de la oposición, obstinados en combatirse entre sí, o en reprocharse los "y tú más", no hacen el suficiente hincapié en ello.
            Si queréis la opinión de expertos en economía, y no la de un médico de la mama, la podéis encontrar (entre otros sitios) AQUÍ.

CONSIDERACIONES FINALES
Rajoy ganará las elecciones. Muchos de los "no sabe, no contesta" votarán con la pinza en la nariz. La victoria se basará en cuantro pilares:
            - la falta de oposición;
            - la abstención potenciada;
            - la mentira y
            - la desmemoria.
No voy a pediros que votéis a uno o a otro: eso es cosa vuestra. Pero sí voy a pediros (una vez más) que votéis. Ya dije hace cuatro años que 2012 sería peor que 2011 y que ningún partido nos sacaría de la crisis (AQUÍ), y también dije que los primeros cambios perniciosos del nuevo gobierno eran culpa nuestra en cuanto electorado (AQUÍ). No me equivoqué entonces, así que os pido solo una cosa:

            HACED QUE AHORA ME EQUIVOQUE.