domingo, 22 de julio de 2012

El rey cazador y el ministro rezador.


Este fin de semana me he indigando ante dos noticias. Vamos con ellas.

WWF/ADENA y el rey cazador.
El sábado 21, WWF España anunciaba que retiraba la presidencia de honor de la fundación a Juan Carlos de Borbón, tras cuarenta años ejerciéndola, como consecuencia de la famosa cacería de Botswana. Fue Inma, mi mujer, quien dio en el clavo al denunciar que nunca debieron otorgársela, dado que el rey siempre ha sido cazador; pero claro, lucía muy bien tener al rey en nómina.
            Hay que darle la razón a mi cónyuge. Efectivamente, poco sentido tiene darle la presidencia de honor de una asociación ecologista a quien siempre ha demostrado una desmedida afición por las escopetas (o por las pistolas, y si no que le pregunten a su difunto hermano). Pero yo voy más allá en mi denuncia. Casi todas las asociaciones y eventos de esta España de charanga y pandereta se desviven por tener al rey de presidente (curioso oxímoron, por otra parte). Ya en 2003, durante la organización de la Reunión Nacional de Cirujanos que tuvo lugar en Valencia, protesté enérgicamente por ese motivo. ¿Qué tiene que ver Juan Carlos de Borbón con la cirugía? ¿Sabe algo al respecto? Y, si exceptuamos la trepanación con bala que le hizo al príncipe Alfonso, ¿ha operado alguna vez a alguien? Somos un país de pelotas y pelotillas, por no decir de hipócritas.
            ¡Ah, la famosa cacería! Internet se llenó rápidamente de chistes al respecto y de banderas tricolor con un elefante. Todo el país mostró su indignación por un gasto excesivo en tiempos de recesión. Y yo volví a pensar que somos tontos. A ver: si el dinero es suyo se lo puede gastar en lo que le dé la real gana; y si es un obsequio extranjero, también. El verdadero problema, en el primer caso, es por qué consentimos, en plena crisis, que la casa real disponga de una generosa asignación que le permite ese y otros dispendios, aunque ahora se la haya rebajado sin tan siquiera saber dividir (una paga extra en seis meses no es 1/14, sino 1/7, sus reales caraduras). En el segundo caso, la pregunta es por qué nuestro monarca puede aceptar obsequios, qué puede dar a cambio y por qué tiene ese poder. Una vez contestadas estas preguntas, resulta irrelevante que se gaste el efectivo en safaris, en regatas o en whisky y señoras de compañía.

Gallardón, el aborto y el sufrimiento cristiano.
La noticia de hoy domingo es que la ley que regula el aborto se modificará a la baja, dejando de reconocer como supuesto válido las malformaciones del feto. El ministro de Justicia ha afirmado que es éticamente inaceptable y que hay que proteger al no nacido.
            Obviamente estamos ante otra intromisión de la moral católica en la vida civil. Veamos: nadie aborta porque su hijo tenga orejas de soplillo o la nariz de Soraya Sáez de Santamaría. Las mujeres que toman la dolorosa decisión de abortar, al conocer la noticia de una anomalía fetal, lo hacen ante la perspectiva de una malformación realmente grave: en algunos casos se tratará de lesiones incompatibles con la vida; en otros, de incapacidades importantes que convertirán su existencia en una sucesión de padecimientos. Pero claro, hay que sufrir para ganarse el cielo, y esos niños tienen la misión de garantizarnos la salvación: el niño sufrirá todos los días de su vida, los padres verán destrozada su existencia, los hermanos se verán privados de la atención paterna y el paraíso se llenará de gozo esperando la llegada de sus almas inmortales.
            Señor Gallardón: le recuerdo que el noventa-y-largos por ciento de los abortos de este país son por motivos de salud psicológica de la madre, y la mayoría de las mujeres que han recurrido a este supuesto reconocen no haber sido visitadas por médico alguno distinto de su ginecólogo. En esta situación, podrá usted salvar su conciencia mientras las madres de fetos malformados declaran que esta situación les supone a ellas un gran sufrimiento psicológico (y en este caso será cierto y no un mero trámite picaresco). Podrá usted abrir la boca para recibir la sagrada forma sabiendo que, al menos en la letra, ha cumplido usted con su obligación moral de poner bastones en las ruedas.

8 comentarios:

  1. Siento una gran indignación por esa propuesta de ley del ministro de la injusticia. Ya me veo con la pata quebrada y en casa. Y mucho me temo que, pese a todo, no podré ganarme el cielo. ¿Quién querría ir allí a compartir espacio con indeseables como este señor?

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    1. Sí, creo que la próxima modificación será obligar a las mujeres casadas a renunciar a su trabajo. Luego vendrán los premios de natalidad y, finalmente, las exibiciones sindicales del 18 de julio.
      Gracias por comentar, Isabel.

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  2. Una pena, la verdad, esto de volver a los tiempos de "la transicion"... Con medidas de este calibre, cada vez nos alejamos mas de esa Europa a la que decimos pertenecer... Y desde alli (al menos desde Paris) el ciudadano de a pie con dos dedos de frente mira al otro lado de los pirineos horrorizado...
    Asi nos luce el pelo!

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  3. Creo que nos haría falta un Cayo Julio Cesar que hiciera limpieza con toda esta chusma, y si se quedara corto mejor Lucio Cornelio Sila.

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    1. Bueno, las reformas de Sila probablemente coincidirían bastante con las de Rajoy... Yo prefiero un buen tren de Ekaterimburgo.

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  4. Nadie tiene derecho a obligar al sufrimiento. ¿Lo sabe Gallardón? Adjunto enlace a artículo de El País.
    http://sociedad.elpais.com/sociedad/2012/07/24/actualidad/1343153808_906956.html

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  5. Añadiría que al mismo tiempo quitan y/o reducen las ayudas a la dependencia con lo que naceran con problemas y sin ninguna ayuda. Es indignante estamos retrocediendo en el tiempo unos 40 años ó......

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    1. Como se ve en esta viñeta:
      http://www.miclonmalvado.com/images/stories/vinetas/politicos/otra-vez-gallardon-y-aborto.jpg

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