Vivimos
en un país bajo sospecha. La leyenda de la picaresca ensucia nuestra reputación
y ha llenado la fraseología callejera de un sinfín de tópicos: todos los autónomos
defraudan, todos los empleados públicos son vagos, todos los empleados por
cuenta ajena estafan a sus jefes, todos los sindicalistas son unos escaqueados.
Uno de los tópicos más repetidos es
que la gente abusa de las bajas. Y sí, por supuesto, algunos lo hacen, pero el
90% de la gente resulta ser honrada y está verdaderamente enferma cuando decide
no ir a trabajar. Eso es algo que la mayoría de nosotros sabemos. ¿Cuántas
veces nos hemos aguantado y hemos acudido a nuestra labor en condiciones más
que dudosas? ¿Cuántas veces hemos pedido un alta al médico antes de lo previsto
para no perjudicar a nuestros compañeros o clientes? Pero el gobierno finge no
creerlo y anuncia nuevas medidas para “controlar el gasto” que suponen las
bajas, calificadas como “absentismo”, inspiradas en el supuesto de que todo
español miente aunque se demuestre lo contrario y que el enfermo es en realidad
un “absentista”.
Primero (ver AQUÍ) fue el establecimiento de
una “duración media de las bajas”,
con una fecha fija prevista para el alta en función de la misma, y hoy se ha
aprobado el anteproyecto que sanciona una de las medidas más aberrantes de
dicha propuesta: el control por parte de las mutuas de las enfermedades comunes (ver AQUÍ).
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En primer lugar, como sabe cualquiera que haya estudiado algo de
matemáticas (no debe ser el caso de los lumbreras del gobierno), por encima
de la media está la mitad. Una baja fijada por la “duración media” implica
que la mitad de los enfermos serán obligados a reincorporarse sin estar
restablecidos, con los evidentes riesgos para la salud, la productividad y la
siniestralidad.
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En segundo lugar, algunos de los apartados de la normativa son
científicamente absurdos. Así, por ejemplo, en los procesos de duración
inferior a cinco días, el médico debe emitir el parte de baja y el de alta en
el mismo acto. Es decir que el pobre facultativo, además de medicina, debe
ahora saber presciencia y tener los poderes proféticos de una sibila délfica.
- En
tercer lugar, partimos de la base de que el diagnóstico inicial es
acertado. Os lo dice quien fue dado de baja por un “esguince de muñeca” que en
realidad era una rotura de ligamento triangular, visible en una resonancia
realizada casi un año después. Teniendo en cuenta las demoras para ser visto
por un especialista o para una exploración complementaria, veremos como se da
de alta a pacientes por dolencias que requerirían mucho más tiempo por la
sencilla razón de que nunca se diagnosticarán (o lo serán después de la
reincorporación).
- En
cuarto lugar obliga a los médicos, una vez más, a priorizar el valor económico
sobre el humano. La principal obligación de un médico es aliviar el dolor y
proporcionar consuelo, no ejercer de Gran Hermano.
- En
quinto lugar, conceder potestad de control a las mutuas, empresas que están
al servicio del contratante y no del paciente, implica multiplicar todo lo
dicho. Cada trabajador será así un imputado por delito de falsedad
que deberá demostrar su inocencia en inferioridad de condiciones. Por suerte, este procedimiento es (de momento) solo parcial, con una cierta corresponsabilidad entre mutuas y sistema nacional. Claro que las mutuas ya han protestado proponiendo que se les dé el control total.
Vamos, que solo falta que nos pongan
grilletes con termómetro incorporado y medidores de otras funciones corporales,
conectados inalámbricamente a un centro de control de falsarios y vinculados a
un collar de adiestramiento que nos soltará una descarga si se sospecha que nos
escaqueamos.
Aunque no sé si ha sido una buena ocurrencia
el anterior arrebato de ironía. Igual les he dado una idea sin querer.
Urgente Necesitamos más Oxigeno
ResponderEliminarA ver: ¿lo puedes co-pagar?
EliminarESTOS HIJOS DE LA GRAN CHINGADA CREEN QUE TODO EL MUNDO ES DE SU CONDICIÓN . O LOS MANDAMOS PRONTO A FREIR PPEPPINOS O ACABAREMOS COMO KUNTA KINTE .
ResponderEliminarSolo que a nosotros nos tocará pagar las cadenas.
EliminarOtra más para sentir vergüenza de "ese" curioso país llamado España.
ResponderEliminarSalutacions Josep.
Salut!
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