Con motivo del 81 aniversario de la II República,
el próximo 14 de abril,
dejo esta imagen para que sea lo primero que veáis al abrir esta bitácora.
Como dice la voz popular, a la Tercera va la vencida
Va siendo hora de recordar que no estamos reivindicando una rareza, ni un rojerío trasnochado. La República no es de izquierdas ni de derechas, y la relación república = izquierdas ha sido una mentira sostenida porque convenía a ambos bandos: a las derechas para desvincularse de los derrotados, a las izquierdas para incluir en el mismo saco a todos sus adversarios. Lo mismo debe decirse del binomio República = ateísmo: el jefe del ejército republicano, el valenciano Vicente Rojo, era terciario franciscano y padre de seis hijos; el Presidente, Alcalá Zamora, rozaba la beatería; y todos conocéis el catolicismo militante de Machado. La república es una opción madura, democrática y amplia.
Se ha dicho muchas veces que los españoles no son monárquicos, sino juancarlistas. Independientemente de mi opinión sobre el actual rey (que tampoco es que sea muy buena), sostengo que una figura aislada no puede justificar una institución.
Para finalizar, quiero llamar vuestra atención sobre un pequeño dato. ¿Os habéis fijado en el número de banderas republicanas que ondean en las manifestaciones, sea cual sea el motivo de la convocatoria? Hace años sólo eran unas pocas; hoy son incontables. No cabe duda que los recientes escándalos han inclinado un poco la balanza, y yo ya dije en algún lugar que a Urdangarín hay que nombrarlo "republicano del año", porque ha hecho más contra la monarquía en un año que todos nosotros juntos en nuestra vida. Pero no podemos basar nuestra ideología política en el cabreo momentáneo contra un personaje, como tampoco en la admiración por otro. La monarquía, como institución, no tiene cabida hoy por hoy en un estado democrático.
Un saludo: Josep.
Yo lo comparto: la monarquía no es una opción coherente con los tiempos, sobre todo en un estado democrático que preconiza la igualdad como uno de sus valores fundamentales. No es de recibo que la primera magistratura del estado sea hereditaria. Es decir, yo también soy partidario de la república como sistema político en cuanto a jefatura del estado. Es curioso cómo, al oír hablar de la República Francesa o de la República Federal Alemana, nadie se echa las manos a la cabeza, y todo el mundo asume que en esos países no se hacen piras con frailes dominicos, y que pueden ser gobernados desde cualquier lado del espectro político. Sin embargo, hablar de la República Española rechina a mucha gente. Es verdad que la causa, probablemente, es la que tú apuntas: el aprovechamiento interesado de mucho listo, tanto de derechas como de izquierdas.
ResponderEliminarPero también es cierto que, a estas alturas, ese vicio tiene difícil solución, de tal modo que las banderas republicanas no indican ya que sus portadores son partidarios de cierta forma de jefatura del estado, sino de una opción política muy significativa. Ese abuso del símbolo no contribuye a normalizar el concepto de república en España. Todo lo contrario. Y lo que es peor, nos margina a quienes, prefiriendo la república, la sabemos independiente de ideas que resbalen de izquierda a derecha o al revés. Muchos de quienes hacen ostentación pública de republicanismo se han adueñado de ello y nos lo niegan a otros. Tanto es así que, siendo los símbolos tan importantes para dichos sujetos, hace tiempo que yo no me siento representado por la tricolor. No es que no la respete, por supuesto. Pero por lo que significó en cierto momento de nuestra historia. Por lo que pudo haber sido y no fue. España jamás llegará a ser una república mientras tengamos que soportar como cabezas visibles a quienes ahora ondean esa bandera. Por eso pienso que la tercera, si llega —y ojalá llegue—, será roja y gualda. No sé si me explico.
Brillante, como siempre, amigo Sebas.
ResponderEliminarLa monarquía es una institución anacrónica que difícilmente se explica en una democracia. ¿Derechos excepcionales por razón de nacimiento? Ya no se sostiene... Besos, querido amigo.
ResponderEliminarAdemás, ahora se vuelve a reescribir la historia de nuestra casa real. ¿Recordáis aquel famoso episodio de Estoril, cuando el hermano del rey recibió un balazo en la cabeza? Sí, ese por el que nadie fue acusado de homicidio involuntario, ni se investigó a pesar del especial interés del infante Jaime. Resulta que Juan Carlos ya no es el que disparó accidentalmente a su hermano Alfonso, sino que "presenció el accidente", según se dijo ayer en RNE. A este paso, dentro de poco resultará que él arriesgó su vida para salvarlo cuando le disparaba... no sé, ¿Ramón Mercader?. Ya puestos...
ResponderEliminarExcelente post. Muchos somos los que pensamos que la monarquía española (y otras europeas) difícilmente se sostienen hoy día desde un punto de vista pragmático e incluso moral (no discutiré la legalidad o la idoneidad política, que de eso no entiendo). Desgraciadamente, como bien apuntas, el vocablo república lleva asociado inevitables connotaciones relacionadas con esa presencia recalcitrante y contumaz del sentimiento de "las dos Españas" que nos está costando una eternidad desterrar. Supongo que la próxima generación lo conseguirá ¿no? Por otra parte, en un país donde el folklore televisivo y la prensa rosa arrasan cuando hay algún noble de por medio (¿alguien entiende lo de Telecinco?), y no digamos uno de rancio abolengo y perteneciente a la línea sucesoria (en el grado que sea), es muy difícil hacer comprender al pueblo que eso de la "representación institucional" es una milonga. En fin. Es lo que hay.
EliminarGracias por tu comentario, Fer. Y qué mejor que hacerlo precisamente hoy, Día de la República.
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