miércoles, 3 de agosto de 2016

España no necesita un gobierno.


España no necesita un gobierno. Al menos, no cualquier gobierno.

Llevamos desde noviembre de 2015 con un ejecutivo en funciones. Desde entonces, los aviones han volado, los trenes han circulado y la basura se ha recogido. Los hospitales siguen atendiendo a los enfermos, los maestros dan clase y los policías mantienen la seguridad. El agua llega por las cañerías y la electricidad enciende nuestras bombillas. ¿Alguien ha notado, en su vida cotidiana, que no haya gobierno? Un país medianamente normal, con unas instituciones bien engrasadas, puede sobrevivir mucho tiempo sin ningún tipo de poder ejecutivo, aunque sea doloroso para un viejo comunista hacer esta concesión al anarquismo. Con un gobierno mínimo, un parlamento, y los gobiernos autonómicos y municipales en funcionamiento, la nación podría funcionar casi indefinidamente.

Aunque el señor Rajoy nos asuste con el Armagedón si no se forma pronto un gobierno (del PP, por supuesto), la realidad es mucho menos apocalíptica. Se nos amenaza con la inestabilidad de los mercados financieros, la caída de las inversiones y la desconfianza de Bruselas, pero la realidad es que la prima de riesgo está bajo mínimos, el Tesoro coloca su deuda sin problemas, la calificación de riesgo de España se estabiliza y Europa nos perdona la multa por incumplir el objetivo de déficit. Parece que el país va mejor "en funciones" que con ese gobierno tan imprescindible que se nos exige tener. Sinceramente, no echo de menos la legislatura pasada ni anhelo una nueva del mismo partido.

Además, ¿de quién será la culpa si hay que volver a votar una y otra vez? Me huele que de los "padres de la Patria", que no supieron prever que más allá de la izquierda y la derecha (uno de cuyos bloques daría siempre para una mayoría) podría formarse algún día un país mucho más complejo, en el que la solución universalmente aceptada de "segunda vuelta" fuese necesaria para evitar el absurdo de que acabe gobernando no el más aceptado, sino el que pierda menos votos por abstenciones acumulativas. Con un sistema normal de segunda vuelta en presidenciales, ya tendríamos presidente (en minoría, pero nombrado) desde hace meses. Pero no, aquí hay que jugar a que uno exiga acatamiento y los demás se arrodillen en pleitesía, que España es diferente y no se va a confiar en el voto ciudadano la elección del Ejecutivo.

Pues bueno, a mí no me molesta ir cada seis meses al colegio electoral. Cuantos menos gobiernos haya, menos cambios cuatrienales de legislación, menos proclamaciones de leyes retrógradas, menos avasallamiento.

Goethe dijo que prefería la injusticia al desorden. A mí no me gusta el desorden, pero desde luego lo prefiero a la injusticia. Entre tener un gobierno carca y no tener gobierno, me adhiero a la provisionalidad.

1 comentario:

  1. http://www.infolibre.es/noticias/politica/2016/08/20/las_lagunas_del_discurso_del_miedo_del_sobre_los_riegos_gobierno_funciones_53282_1012.html
    Reciente artículo de prensa de recomdable lectura.

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