Físicos
de todo el mundo han detectado oscilaciones importantes del campo gravitatorio
cuyo centro parece hallarse en Suiza. Grupos conspiranoicos de todo el planeta
no han tardado en acusar a los científicos del CERN. Consultado el famoso
físico alemán Weischant Perla Von Delgat, su desmentido ha sido rotundo.
"Hemos oído historias similares
desde nuestros inicios, y nuestra respuesta siempre ha sido la misma. Para
generar un agujero negro es precisa la masa equivalente a cuatro soles, es
decir, el nucleo de una estrella de entre 15 y 20 masas solares. Es
absolutamente imposible crear un agujero negro en un acelerador de partículas.
Solo son paparruchas".
Finalmente, los cálculos han
localizado la fuente de la perturbación: el sistema bancario. Efectivamente,
Suiza se comporta como un agujero negro: absorbe masa monetaria que nunca
libera, y el poder de su secreto bancario es de tal magnitud que ni la luz, ni
la verdad, ni los datos fiscales pueden escapar de su horizonte de sucesos.
Puestos en contacto con Von Delgat, nos ha explicado que "el sistema fue
estable durante décadas, pero la masiva llegada de fondos procedente de los
corruptos españoles lo ha desequilibrado hasta alcanzar la masa crítica".
A la pregunta de cómo ha sido
posible alcanzar tal masa, Von Delgat ha sido contundente. "La ingeniería
financiera no obedece las leyes de la física, ni las jurídicas, ni las del
sentido común. La creación continua de masa monetaria por las entidades
bancarias constituye un misterio aún sin resolver. La masa monetaria no se
comporta como el resto de la masa ni cumple las más elementales leyes de
conservación".
De momento, el agujero negro recién
descubierto ya se ha tragado varias carreras políticas, la confianza de los
inversores y la esperanza de los votantes. El futuro es incierto.
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