De un tiempo a esta parte, casi todos los actos literariamente interesantes de Valencia suceden en sólo dos lugares: Bibliocafé y L’Iber. Hoy (viernes tres de junio de 2011) toca L’Iber, y nada menos que un homenaje a Simon Scarrow y la presentación en Valencia de su nueva novela: “Gladiador, la lucha por la libertad”.
Empezaremos recordando quién es Simon Scarrow. El escritor británico tuvo a bien nacer en 1962 en Lagos, Nigeria, tal vez por aquello de empezar su vida viajando, cosa que no ha dejado de hacer desde entonces. Profesor de Historia durante años y autor de dos series de novela histórica, ambas publicadas en nuestro país (con el retraso inherente a su traducción) por Edhasa: la serie “Águila”, que narra las aventuras de los legionarios romanos Cato y Macro en época del emperador Claudio; la serie “Revolución”, que trata de las vidas paralelas de Wellington y Napoleón desde su juventud hasta su enfrentamiento final en Waterloo. Podéis encontrar una información más amplia, y probablemente mejor escrita, en este artículo de Babelia de 2006: “Una de romanos”.
Alejandro Noguera, el director de L’Iber, presenta al autor, a su editora Anna Portabella y a Antonio Penadés. A continuación, con la experiencia de quien ha leído todos los libros que comenta, y lo ha hecho por placer y no sólo para este acto, nos repasa la extensa bibliografía del autor con la detallada descripción de cada título. Para quienes no la tengan a mano, recordaremos que sus novelas son...
Serie "Águila": "El águila del Imperio" (2000); "Roma uincit!" (2001); "Las garras del águila" (2002); "Los lobos del águila" (2003); "El águila abandona Britania" (2004); "La profecía del águila" (2005); "El águila en el desierto" (2006); "Centurión" (2007); "El gladiador" (2009); "La Legión" (2010), aún sin traducir al castellano; "Pretorianos", en preparación.
Serie "Revolución": "Sangre joven" (2007); "Los generales" (2008); "A fuego y espada" (2009); "Campos de muerte" (2010).
La guinda del pastel es la presentación de una nueva serie, esta vez dirigida al público juvenil, cuyo primer título es “Gladiador, la lucha por la libertad”, la historia de un niño que, tras perder a sus padres, acaba en una escuela de gladiadores.
Llega el turno del autor. Simon Scarrow, tal vez por las tablas de sus años como profesor, tal vez por su popularidad, o tal vez sólo por el hecho de ser inglés, habla modulando la voz con la exquisitez de un actor británico; escucharlo es como oir la voz en off de un documental de la BBC, o un fragmento del “Julio César” de Shakespeare interpretado por Richard Burton. De todos modos, musicalidad aparte, soy incapaz de apreciar su verbo dado que no hablo ni una palabra de inglés; menos mal que Noguera hace las veces de traductor. Scarrow pide disculpas por no hablar castellano y, en un alarde de diplomacia, nos halaga recordando que somos un país mucho más romanizado y que tenemos la suerte de tener por doquier vestigios arqueológicos romanos a flor de superficie; agradece así mismo que nuestro país es, tras Gran Bretaña, el segundo mercado para sus libros. Nos habla de su pasión por la civilización romana. En una autodisgresión, se pregunta a sí mismo por los aspectos menos atractivos y más barbaros de dicha cultura, en especial el gusto por la sangre en los espectáculos públicos, y se responde también a sí mismo: en los talleres de recreación histórica que hace para sus alumnos, los muchachos no dudan ni un instante en pedir a gritos la muerte para quien hace el papel de gladiador. Concluyendo, por tanto, que no somos tan distintos de los romanos, puede seguir contando las peripecias de su proceso creativo.
Del diálogo entre Scarrow y Noguera, así como de la intervención del público asistente (entre ellos nada menos que Santiago Posteguillo, nuestro superventas romano nacional) destacaremos que los dos protagonistas de la saga "Águila" son en realidad el propio autor, y que sus peripecias son en realidad un diálogo interior entre el Simon más joven (Cato) y el más maduro (Macro); que nuestro invitado, a diferencia de otros escritores, no trabaja sobre un guión excesivamente detallado porque sus personajes "viven en su cabeza", siendo su proceso creativo más espontáneo e intuitivo; y que el mayor rendimiento lo obtiene pasados los primeros veinte minutos, momento en que ya es capaz de "ver a través de la página".
Ya eran las nueve cuando bajamos a disfrutar del "aperitivo romano", con frutos secos, olivada sobre pan de sartén y un exquisito tinto valenciano. Aproveché para comprar dos ejemplares y que el autor los dedicase a mis hijas. De ahí a cenar con alegres camaradas, aunque me senté lo suficientemente lejos del autor para no poner en evidencia mi ignorancia de su idioma.
¡Fenomenal, Josep! Menos mal que estas tú de reportero...yo me he quitado de la circulación por una temporada, el verano, que me he tomado anticipadamente.
ResponderEliminarSiempre a tus pies, maestra.
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